La clasificación más antigua de instrumentos musicales data del siglo IV antes de Cristo y surgió en China. Agrupa a los instrumentos según el modo de construcción. Dos siglos más tarde, un tratado anónimo los clasificaba según el material de construcción (metal, piedra, arcilla, cuero, seda, madera, calabaza y bambú). Ya en el año 1700 durante la dinastía Ming fueron divididos en tres grupos: los que son utilizados para el acompañamiento musical, los que se soplan y los que son rítmicos.
Una clasificación muy usada hasta el día de hoy es la que los agrupa en instrumentos de viento, instrumentos de cuerda e instrumentos de percusión. Data de la antigua Grecia y fue ampliada en el Renacimiento.
Pero en esta clasificación no se sigue un mismo criterio para agrupar los instrumentos: cuerda y viento se refieren al elemento que vibra para producir el sonido, mientras que percusión hace alusión al modo de producirlo. El piano, por ejemplo ¿debería clasificarse como un instrumento de cuerda o de percusión?, ya que suena por la vibración de sus cuerdas pero éstas son percutidas por martillos.
En 1914, Hornbostel y Sachs idearon una nueva clasificación basada en el elemento vibrante. Así se dividió a los instrumentos en cinco categorías:
- Aerófonos
- Cordófonos
- Membranófonos
- Idiófonos
- Electrófonos
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